jueves, 31 de mayo de 2007

La mandarina

Esto me escribió mi amigo Jose:
Samuel (5 años) me contó el cuento de la mandarina.
"Erase una vez un mandarín gordo como su corazón generoso que gobernaba en toda china. quería a todos sus súbditos por igual, e igualmente les regalaba esa magna generosidad. El mandarín estaba casado con la mandarina, que al contrario que el mandarín era avara, huraña y tenia un corazón tan pequeño como una almendra, solo se quería a sí misma. Todas las mañanas la mandarina paseaba por su huerto de naranjos y un día apareció un mendigo y le pidió una naranja (el mendigo en realidad era un mago, la mandarina lo despreció y le dijo que las naranjas eran todas suyas y que de ningún modo le daría alguna a ningún viejo harapiento y sucio. El mendigo entonces se transformó en mago y sacando de su manga su varita mágica le dijo: Tienes un corazón pequeño, no te hubiese costado nada dar una naranja, como castigo a tan huraño carácter te convertiré en un árbol pequeño y darás sus frutos a todos cuantos te lo pidan. Y así la convirtió en un naranjo pequeñito. El mandarín echo de menos a su esposa durante días y dio un largo paseo por el huerto de naranjos y reparó en el mas pequeño, se recostó a su sombra y se preguntó que hacía allí aquel naranjo, y porque tenia aquellas naranjas tan pequeñas, cogió una la mordió y su sabor le recordó a su mujer la mandarina. Todas las tardes el mandarín iba hasta aquel árbol que le recordaba a su mujer y en su honor puso a aquellas naranjas "mandarinas" y este si que no es un cuento chino y colorín colorado este cuento....

2 comentarios:

  1. Sepa el mundo entero de Internet que Marina, mi jefa y editora de este blog, está dando clase en este momento a los recién llegados a la Biblioteca. Sepa el mundo que mientras lo hace me he conectado a su blog, y escribo.

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  2. Bueno, José Luis, poco mundo sabe nada de mi, que me borraré como los pájaros un amanecer, pero lo que menos importa de todo es saber que es un facultativo. Te agradezco que escribas en mi blog, que seas joven y que tengas fe. Que no te abandone, que la fuerza te acompañe.
    Por cierto he corregido las tildes de Samuel (supongo que Jose las ha dejado a propósito, pero he contrariado esta elección de estilo).
    Que los dioses te sean propicios

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