miércoles, 16 de mayo de 2007

Lecturas escogidas


Hoy no voy a hablar de la gran migración ni del maldito plan de evaluación de la migración, sino de un libro que he leído en San Isidro y que me ha encantado: La metafísica de los tubos, de Amèlie Nothomb.

Dicen las críticas que es la más autobiográfica de las obras de esta autora y que narra los tres primeros años de vida de un ser que se considera a sí mismo Dios. En realidad es una estupenda excusa para retratarnos su visión del Japón, que esta llena de la nostalgia habitual de los años de infancia.
Es muy curiosa la relación del personaje con el lenguaje y con el agua, o en general con toda la naturaleza y está lleno de humor la narración de la sensaciones que despierta la asimilación de la tradición japonesa de las carpas (peces) con lo masculino. El lenguaje está lleno de ingenio y de humor y en mi opinión está muy bien traducido por Sergi Pàmies.

Es interesante observar cómo se extiende cada vez más en Europa la admiración por lo japonés, y en mi caso llama aún más la atención porque va unida a una gran pasión por todo lo africano, que parece bastante opuesta al amor por lo japonés. En el fondo debe ser como un ansia de escapada hacia lo exótico, lo distinto de nuestro mundo. Y seguramente ambas serían realidades difíciles de soportar. Pero los libros te permiten vivir mundos lejanos sin sufrir las consecuencias negativas. La lectura tiene algo de paraíso.

2 comentarios:

  1. Querida mía:
    El gusto por lo japonés y el gusto por lo africano tienen un punto en común. Es la sensillez, les espacios claros, las líneas puras. ¿No será que estamos ya un poco atiborrados de perifollos barrocos?

    Digo yo, la Charito.

    ResponderEliminar
  2. para Charitissima

    Hola, ¿hay alguien ahí?. Pues sí, puede ser eso o que en los dos sitios hablan raro o son de colores distintos, vaya usted a saber.
    ¿Estás en Londres? I miss you a lot, I need laugh for three days

    ResponderEliminar