miércoles, 30 de mayo de 2007

Contra la timidez

Quién haya sufrido de timidez sabe hasta que punto es invalidante e impide hacer y disfrutar. Como todo tímido reconvertido, me encuentro muy próxima al descaro más absoluto. Por eso, aunque me acusen de exhibicionismo, ahora que he roto el hielo, me siento tan a gusto escribiendo en esta casi publicación que es un blog: no me leen mucho, solo algunos amigos, aunque casi nadie responde ¿hay alguien ahí?, y sin embargo tienes la sensación de comunicarte y de expresarte.

Las ultracorrecciones es lo que tienen, que te pasas mil pueblos en el sentido contrario, lo mismo suelo suceder con los cobardes, que a veces se convierten en verdaderos suicidas alocados, en un supremo intento de superarlo. También es cierto que los miedos salen por otra parte y es una lucha continua contra el jinete negro: no vale vivir con miedo.

Cambiando de tema hoy tengo un título que recomendar: Las ovejas de Glennkill, de Leonie Swann, es una policíaca especial, la detective es una oveja, Miss Maple.


Os regalo esta foto, aunque tengo que perfeccionarla.

2 comentarios:

  1. Lo de andar rozando el descaro más absoluto lo habíamos notado ya, je, je.
    Para mi lo del blog también es toda una experiencia. Por un lado creo que es como una "edición de vanidad". También es un reto diario el enfrentarse a un folio en blanco. Da vértigo. A veces corte. Y también es lugar de encuentro, aunque a veces sea un encuentro ausente. Es emocionante escribir para todos y para nadie a la vez. Y sobre todo, ES DIVERTIDO.

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  2. Gracias por enseñarme lo bonita que es la reja de la puerta. La veo todos los días pero no me había fijado nunca. Por desgracia nos pasa a menudo con cosas que tenemos delante.

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