sábado, 16 de junio de 2007

De nuevo, libros

Estos días estoy leyendo una obra de José Antonio Marina que se llama Aprender a convivir, publicada en una colección de quiosco. Se trata de un autor al que sigo desde hace unos diez años y del que he leído bastantes obras, desde su Elogio y refutación del ingenio hace bastantes años, a Anatomía del miedo, publicado este año. He disfrutado con obras como Teoría de la inteligencia creadora (es uno de los pocos autores que considera el buen deporte como una manifestación de inteligencia) o Ética para náufragos, que plantea una ética para estos tiempos difíciles para la lírica y la bondad. Una de las obras de este autor que más me ha gustado es La lucha por la dignidad, en la que habla de la humanidad como una tarea a cumplir, es decir como un recorrido desde el bruto, más o menos nobles, hasta el hombre poseedor de derechos (y deberes), es decir un ser que se ha ganado la cualidad de humano.
Entre sus obras me gustó también bastante El misterio de la voluntad pérdida, que enlaza en cierto modo con el nombre de esta bitácora y con un rasgo de mi carácter, el voluntarismo, que a veces es una virtud y a veces mi mayor pecado.

También tengo algunos libros de este autor que no he terminado o que tengo pendientes, como Los sueños de la razón y alguno de los dedicados a los sentimientos. Son libros que seguro leeré, pero que por alguna razón en un momento dado, se me hicieron difíciles.

No sé por qué razón relaciono a José Antonio Marina con la generación de catedráticos de instituto anterior a la guerra civil, de la que salieron poetas e intelectuales con un gran afán de regeneración. Es bastante más joven y hay rasgos que lo separan de ellos, pero tengo la misma sensación de estar frente a un hombre bueno y comprometido con sus ideas. Sé que entre sus alumnos creó escuela, conocí a alguno de pasada en mi trabajo en la biblioteca y tuve la sensación de tratar con alguien cercano. Tiene una página http://www.joseantoniomarina.net/, con bitácora y todo y le gustan las plantas, la horticultura y la floricultura. En su honor incluyo una de mis rosas más hermosas.


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