martes, 7 de septiembre de 2010

Estrellas y lagunas

Lo mejor de Riduera, dice P., son las estrellas, que aquí en la estepa manchega se ven como en televisión.
Y es verdad, tanto el sábado como el domingo hemos visto la Vía Láctea, esa nube lechosa de estrellas, en el negro cielo del camping. Ese camping que ha sido una experiencia ambivalente, por un lado un camping masificado, lleno de niños amantes de los perros y con mucho ruido por las noches y con unos servicios no demasiado buenos para tanta gente; y por otra el fluir de dos arroyos, uno de ellos al lado de nuestra tienda, el canto de los pájaros y las ardillas saltando de árbol en árbol sobre nuestras cabezas. Esto, sumado a lo duro que es dormir sobre el duro suelo a partir de ciertas edades...
Igualmente ambivalente es la experiencia de las propias lagunas, se trata de un turismo muy, muy especial, entre familiar, marchoso y deportivo. La belleza de éstas no la pueden eclipsar ni los desmanes de las constructoras (muchos y muy flagrantes), ni las hordas de familias que se ubican en cualquier rincón con todos loa estigmas de la civilización (teles no hemos visto, pero casi todo lo demás, si). Yo recordaba unos días pasados con mis compañeros de INEF en la orilla opuesta a un balneario de una popular laguna (podía ser quizás La Salvadora, no lo recuerdo con exactitud) y aquello había sido una experiencia más cercana a la naturaleza, con acampada, cocinando carne y embutidos a la brasa, siempre con romero y con las tablas de windsurfing, aunque con poco viento. Recuerdo haber recorrido la laguna entera sólo con la tabla sin vela, tumbada sobre ella y remando con los brazos. También recuerdo que , como ahora, pero menos, había todas las mañanas una capa de grasa y suciedad humana, que ni entonces ni ahora impedía ser felices a los patos.
Esta vez hemos aprendido el nombre de algunas lagunas, la de El hundimiento,la Redondilla, cerca de la cual está el camping, y sobre todo, la Laguna Blanca, la última de las lagunas altas, que están menos explotadas y cuyo fondo es de una arena blanca y fina, y a la que es muy difícil acceder.
Este es otro elemento negativo de este parque, todo está muy mal indicado y los servicios son pobres y discontinuos. Las lagunas no están siendo protegidas debidamente, pero además la desinformación no está limitando las tropelías, sino más bien favoreciéndolas.
P. dice  que no ha visto más fauna que campistas  rapacesalboratodores, yo le recuerdo los patos, las  rapaces, las ardillas. Claro que las expectativas de jabalíes y aves diversas se hacía difícil este fin de semana de algarabía.
Después de éste, el lunes salimos de un camping desolado, con cierto aire decadente de fin de verano. Vamos al mar, al sur, y en la tarde del lunes me baño en Torrox en unas aguas no muy limpias, con la playa llena de madrileños o de españoles. Solo estamos de paso, vamos hacia otros lugares en busca de recuerdos, de sueños para grabar en nuestros ojos.



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