viernes, 7 de mayo de 2010

Mis directores

Llevo 32 años en la BNE o Biblioteca Nacional de España. De mil 1978 a 1986 tuve un solo director, Hipólito Escolar Sobrino, bibliotecario de la viaje escuela, recientemente fallecido. Después, de 1986 a 2010, ya llevo nueve directores, con una media de 2 o 3 años en el cargo. De todos guardo un recuerdo, siempre cariñoso y a menudo crítico. La relación que incluyo más abajo procede de la propia web de la Biblioteca, porque a veces resulta difícil recordarlos a todos.

1975-1984 Hipólito Escolar Sobrino
1986-1990 Juan Pablo Fusi Aizpurúa
1990-1991 Alicia Girón García
1991-1994 Carmen Lacambra Montero
1994-1996 Carlos Ortega Bayón
1996-2000 Luis Alberto de Cuenca y Prado
2000-2001 Jon Juaristi Linacero
2001-2004 Luis Racionero Grau
2004-2007 Rosa Regàs Pagès
2007-2010 Milagros del Corral Beltrán

Fusi fué el impulsor y sufridor del Plan director de remodelación del edificio, el director del cambio del sistema de bibliotecas Sabini a Sirtex. Siempre fue querido por todos y añorado en algunos momentos.
Alicia Girón fue también importante, según mi opinión, como dinamizadora de la Biblioteca y una persona profundamente cercana a todo el personal y implicada en todos los temas sociales. Lacambra, Carlos Ortega, Luis Alberto, Juaristi, Racionero, nuestra querida y discutida Regás (de ella hablé en otro post). Y Milagros, una especie de locomotora de entusiasmo imparable...
Pero la crítica fundamental de este post no se refiere a los aciertos o los errores de éstos, si a su rápida caducidad, que es, sin duda, un mal síntoma.
¿Qué se puede planificar en dos años? ¿Como se puede realizar el seguimiento de los proyectos con 9 meses en el cargo?
Las Biblioteca Nacional de España es una empresa que precisa una alta cualificación de sus mandos para poder llevar a cabo las cada vez más acuciantes tareas que le exigen los nuevos tiempos. Necesita, además independencia para poder gestionar iniciativas y patrocinios. Necesita sobre todo, estabilidad organizativa.
Pero justo eso es lo que nunca conseguimos, estabilidad e independencia, respeto a la profesionalidad de sus trabajadores, que quizás sin más mérito que el estar expuestos a los tesoros y a la necesidad de difundirlos y conservarlos, son grandes expertos con un nivel de pericia muy especializado.
El objetivo debe ser la independencia profesional.


2 comentarios:

  1. Lo que expones es, sencillamente, la dependencia políticia de las actividades que no lo son, cuando debería ocurrir lo contrario; y tienes toda la razón del mun do, claro; pero ¿cómo hacer ver a la clase política los destrozos que causan?

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  2. Si supiéramos como hacerlo, no nos ocurriría esto periódicamente. Aunque no creas que no me planteo que algo de culpa debemos tener...
    O a lo peor es algo parecido al síndrome de Estocolmo. ¡Vaya usted a saber!

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