domingo, 16 de marzo de 2008

Recordando a Conchi


El 8 de marzo es el Día de la mujer trabajadora, uno de esas fechas inventadas para seguir sin valorar algo que no tiene precio, el trabajo de la mitad de la humanidad. El que se tratase de una mentira no impedía a Conchi traernos cada año, a quienes consideraba sus amigas, un clavel rojo.
Este año, el viernes 7, no se quien, supongo que la dirección, decidió regalarnos a todos un clavel rojo y por la mañana nos recibieron nuestras "azafatas" con claveles para todos, sin importar el género.
Para mi, fue como si Conchi volviera con nosotros, a pesar de la muerte injusta y de los tres ¿o cuatro? años que hace que nos falta. En este universo de olvido e inmediatez, es bueno recordar a quienes nos dejaron, porque un día tampoco nosotros estaremos más que en el recuerdo de quienes nos quisieron.
Frente a tantas amistades que te eligen y te exigen no se sabe qué (que estés a la altura de lo que imaginaron sobre ti, supongo), Conchi tenía un modo especial de no pedir nada y ofrecer siempre algo, con ella siempre encontrabas una palabra de aliento y de ánimo. Es la forma más inmensa e inmediata de amistad, eso y el recuerdo.
Amistad, nada menos...

2 comentarios:

  1. Recuerdo que el primer año que trabajé aquí me regalaron un clavel de parte de una tal Conchi, a la que no conocí nunca, pero que todos los años regalaba claveles a las mujeres de esta casa, a todas. Desde ese primer día tuvo mi cariño y mi admiración. También este año me acordé de ella. Es curioso y mágico: esta MUJER dejó memoria y recuerdo hasta en quien nunca la conocimos.

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  2. Hola, resucitada. Es verdad, y hay gente así, a la que se recuerda a pesar de no conocerla. Si la hubieras conocido sabrías que merecería ser recordada.

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