miércoles, 27 de agosto de 2014

Diamante, ciego y asesino

A pesar de todas mis reflexiones sobre la imposibilidad de seguir comprando libros indefinidamente, acabo de completar la colección del diario El País Grandes clásicos de la novela negra:

Dashiell Hammett-El halcón maltés 
James M.Cain – La camarera 
Jim Thompson – El asesino dentro de mi 
David Goodis – Disparen sobre el pianista
Margaret Millar – Un extraño en mi tumba 
Marc H.Behm – La mirada del observador 
James Hadley Chase – Eva
Donald E. Westlake – Un diamante al rojo vivo 
Chester Himes – Un ciego con una pistola 
Josephine Tey – La hija del tiempo 
Kenneth Fearing – El gran reloj 
Richard Stark – A quemarropa
C.S.Forester – Los perseguidores 
Ross McDonald – El blanco móvil 
Fredric Brown – El asesinato como diversión 

Muchas de estas novelas, más que leerlas, las hemos visto en el cine y por tanto de momento me interesan más aquellas cuyo argumento desconozco. De momento he leído tres: Un diamante al rojo vivo, de Donald E. Westlake, Un ciego con una pistola, de Chester Himes y El asesino dentro de mí, de Jim Thompson.
De la historia del diamante debo destacar lo disparatado de la trama, que para conseguir un diamante africano para uno de los países que se disputan su posesión, se acomete el  robo  en un museo, la liberación de un preso, el asalto a una comisaría y a un manicomio y que finalmente, termina bien para casi todos los protagonistas. Aunque el adjetivo de “hilarante” usado en la información promocional es un poco excesivo, se trata de una obra ligera y entretenida.
Un ciego con una pistola es una obra llena de un barroquismo y una sensualidad muy cercana a la los autores de color y cuenta una serie de asesinatos en Harlem, así como una serie de movimientos reivindicativos de sus habitantes de color, dejando al descubierto intereses totalmente ajenos a la causa y una gran cantidad de personajes desalmados. La imagen que el título  invoca es una metáfora de esa peligrosa explotación de las buenas intenciones.
La de Jim Thompson es una novela obscura, en la que muchas cosas solo quedan insinuadas y donde la mente del asesino y autor de la narración, tortuosa y obscura, oscila entre nobles sentimientos y el más radical sadismo. Después de esta última, he tenido que hacer un inciso y pasarme a un clásico, una novela costumbrista y burguesa de Honoré de Balzac, editado por Ediciones Simancas en El Parnasillo, con un formato muy bonito y papel biblia y la única pega de la pequeñez de la letra.
En ello estoy sumida ahora, y me sumerjo en las vidas de estos jóvenes despreocupados por todo aquello que no sea la buena ropa y la belleza de las mujeres.

Hay que cambiar Harlem por París. Eso es la literatura. 

martes, 19 de agosto de 2014

Libros para el verano

He terminado dos nuevos libros. Por orden cronológico de lectura, voy hablar primero de Las lágrimas de San Lorenzo, de Julio Llamazares.
Es una narración que aprovecha la ocasión de un recuentro de un padre y un hijo en Ibiza alrededor de la noche de San Lorenzo y con el fin de ver las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo, para hacer un recorrido por la historia del padre, y para hacer todo un panegírico del dolor que produce el paso del tiempo. 

En mi opinión, este sentimiento es innegablemente masculino. A riesgo de ser injusta, me parece que estos sentimientos no suelen darse entre las mujeres tan habitualmente. En general, la obra me ha parecido regular, con sentimientos de pérdida un poco manidos, y peor que otras obras de Llamazares. Y su memoria de Ibiza es un poco ingenua e idealizada y no coincide en nada con mis recuerdos de esta isla, vitalistas y energéticos.

La otra obra es mi primera lectura de Sergio Vila-Sanjuán, Estaba en el aire, la historia de un programa radiofónico que existió entre 1960 y 1964 y de la sociedad barcelonesa en esos años, en los que el franquismo parece levantar ligeramente la mano y en los que se produce el primer desarrollo industrial español, representado en esta novela con parte de la historia de SEAT y su fábrica de Barcelona-
Esta primera lectura de Vila-Sanjuán me ha dado una buena impresión, su prosa es de una sencillez magnífica y cuenta muchas cosas interesantes sobre el pasado, que los jóvenes de estos tiempos harían bien en conocer. He conocido a este autor como coordinador de un ciclo de conferencias de la Biblioteca Nacional, titulado El libro como universo, y he podido apreciar su sentido común y su capacidad para "pastorear" a los grandes escritores y personajes incluidos en el ciclo con gran facilidad y efectividad.
Esta primera lectura me ha dejado con ganas de leer más cosas de este autor, que es justamente lo que debe provocar una primera lectura.
Lo demás, esperar un poco temerosamente la llegada del invierno, este nuevo invierno para mi, lleno de libertad y de posibilidades. Espero aprovecharlo plenamente.




jueves, 14 de agosto de 2014

Sobre el arte y la belleza y todo lo que no es, supuestamente, imprescindible.

Mañana empieza el puente más famoso del verano, el del 15 de este mes tórrido que aquí y ahora no lo es tanto. Mientras, continúo mi navegación, suave y pausada en algún sentido, frenética en otros.
Y os traigo dos libros más que me he leído en estos días, uno corto y otro más largo (195 páginas contra 1143)
El corto es un Sellerio, uno de los libros de esta editorial de Palermo, que cuida tanto la forma como el fondo, con esa factura tan cuidada y sencilla. Se trata de una obra de Marco Malvaldi, autor nacido en Pisa en 1974, que tiene en sus relatos negros bastante ingenio y humor y que ha creado un escenario clásico  - el bar Lume- con sus jubilados investigadores plastas y su dueño Máximo, tan dado a meterse en los líos por culpa de estos.

Pero esta novelita negra es independiente de esta serie y trata de un estudio genético realizado en el pueblo de Montesodi Marítimo para encontrar las causas de la fuerza descomunal de sus vecinos, así como de otros caracteres genéticos, como grandes orejas o dientes separados. Pero en medio de esta invetigación se cruza una gran nevada y un crimen que parecería muerte natural si no fuera por la sabiduría del protagonista, Piergiorgio Pazzi, que junto con Margherita Castelli llevan a cabo la investigación, un genetista y una archivera. La historia es clásicamente bien diseñada y mantiene hábilmente la atención. No sé si Malvaldí está muy traducido al español, pero me temo que no.
El siguiente  libro no sé si considerarlo un bestseller, y tampoco me importa cual sea su consideración. Se trata de la segunda novela de Donna Tart y se llama El juilguero, como el cuadro de Carel Fabritius que se exhibe en el museo Mauritshuis de La Haya. Es en cierto modo una novela de iniciación y también una intriga policíaca, pero es sobre todo una reflexión sobre el bien y el mal y sobre la belleza. Aunque no sé si puedo estar de acuerdo con todas las opiniones que defiende la autora, la historia, a pesar de su difícil verosimilitud,  se sostiene y te mantiene pendiente de las desventuras de su protagonista Theodoro Decker. 
La historia empieza con un atentado en un museo y con la muerte de la madre del protagonista, así como un robo de arte, el de la obra El jilguero, que está siendo exhibida allí en una exposición temporal. De ahí surge todo un río de tristeza y angustia para Theo, que tiene 12 años y es el autor del robo, así como innumerables peripecias, que le llevaran a conocer a uno de los personajes más poliédricos, Boris un polaco-ruso que vive en Las Vegas y que en cierto modo representa el mal, pero que para mí es uno de esos malos intrínsecamente bondadosos y leales. Junto a él, el personaje de Hobie, literal e inequívocamente bondadoso y un sin fin de personajes complejos e interesantes, incluidos el padre de Theo o la señora Barbour. 
En fin, lo que parece más difícil es que la obra tenga un final más o menos feliz, y eso me recuerda a ciertas películas de Almodóvar, aunque sin la vena de locura ochentera.
En fin dos buenas historias y la segunda sobre todo que hace reflexionar sobre lo que la belleza hace en nosotros, como nos da la ilusión de eternidad.
Y Nueva York es otro protagonista con peso en la historia.
Leed El jilguero y hablamos

lunes, 4 de agosto de 2014

Algunos libros buenos

Es la época. En agosto casi con toda seguridad las estadísticas de lectura deben superar la de el resto de los meses del año, bien por las vacaciones, bien por la relajación del horario laboral o por trasnochar más debido al calor.
Yo hoy voy a hablar de tres libros, pero alguno lo leí allá por el mes de junio, como El caso Collini, de Ferdinand von Schirach,  que es la historia de una venganza servida fría y sin ninguna necesidad de clemencia ni ningún rechazo de la propia culpa. El autor es un experto conocedor de las leyes y de él he leído también el libro de relatos Crímenes, en el que algunas narraciones los tremendos delitos parecen absolutamente perdonables, pues retratan un ambiente de presión continuada y parecen hacer justificables algunos de ellos. Aún tengo que leer otro titulado Culpa, pero antes tengo otros en cartera (algún Sellerio, una obra de julio Llamazares...). El autor, a pesar de su pericia legal, refleja los abismos personales en los que se cuecen ciertos crímenes y escribe claro y bien.

También J. escribe claro y bien y además resulta muy entretenido, aunque hay en la obra mil tics y expresiones que a los que le conocemos nos identifican sin margen de error al autor.
No sé si le gustará, pero tengo que decir que está obra no habría podido escribirse sin el manga, sin Harry Potter, Ana María Matute, ni sin ciertas películas chinas de fantasmas. Pero en Atropos Carol está también el Ciberespacio y los anti-héroes nacidos ya en los años sesenta del pasado siglo. Y cierta parodia de los góticos y vampiros y mucha peli de monstruos de serie B.
JPF es un periodista, bibliotecario y community manager (fea palabra, ¡pero a ver quién encuentra otra!)
Sólo se le puede acusar de rehuir lo difícil, lo técnicamente complejo. Pero estoy segura de que ese será un mal pasajero. 
Ha escrito un libro electrónico para Kindle y ha hecho una versión de urgencia en papel para los que no lo tenemos, que es la que he leído yo. Se titula El examen final y cuenta la octava convocatoria del examen para obtener el título de parca de una joven de buena familia de Mort, la ciudad de las parcas. Esta joven, llamada Átropos Carolina, descubrirá durante este examen su pasado oculto y el de su familia y luchará con fantasmas terribles y con un mestizo de parca y humano a punto de convertirse en demonio. Su carácter acomplejado, su amor al chocolate y su sentido del humor la ayudaran a recorrer un camino durísimo que incluye etapas extracorpóreas y bastantes sangre y casquería. Y a nosotros nos llevará felices por ese camino hasta un final previsible, aunque no fácil de alcanzar.
J., felicidades por este libro. Es un buen primer libro.