domingo, 23 de marzo de 2008

Tiempo de despedidas

No sé que tienen estos días, que resultan propicios a las despedidas. M. no ha tenido más remedio que despedirse en estas fechas, como siempre su vida está sometida a tantas otra vidas: antes su marido y siempre sus hijos.
Pero ahora los demás solo han influido en cuestiones superfluas, es ella la que hace su elección principal, se casa a los 50, porque ella lo ha decidido y elegido, aunque a algunos les moleste.
A todos tus amigos nos da pena que te vayas, y no digamos a tu nieta postiza P., pero los que te queremos de verdad estamos tan contentos de que tu vida vuelva a empezar, de que te devuelva alguna de las muchas copas que has pagado sin beberte, que nos tragamos nuestra nostalgia y solo queremos que sepas que aquí nos tendrás siempre para lo que quieras.
Allí, en tu nueva casa, hace más bueno, aunque no tanto como en el México donde naciste, y seguro tendrás la suerte que te mereces, y trabajarás en lo que quieras, sin el agobio de sacar a tus hijos adelante o de pagar las cuentas de la casa.
Vendrás a ver tus nietos, el de verdad y la postiza, y seguro nos vemos en junio o antes. Solo falta darte las gracias por tu ayuda durante estos años. Muchas gracias y mucha suerte

domingo, 16 de marzo de 2008

Recordando a Conchi


El 8 de marzo es el Día de la mujer trabajadora, uno de esas fechas inventadas para seguir sin valorar algo que no tiene precio, el trabajo de la mitad de la humanidad. El que se tratase de una mentira no impedía a Conchi traernos cada año, a quienes consideraba sus amigas, un clavel rojo.
Este año, el viernes 7, no se quien, supongo que la dirección, decidió regalarnos a todos un clavel rojo y por la mañana nos recibieron nuestras "azafatas" con claveles para todos, sin importar el género.
Para mi, fue como si Conchi volviera con nosotros, a pesar de la muerte injusta y de los tres ¿o cuatro? años que hace que nos falta. En este universo de olvido e inmediatez, es bueno recordar a quienes nos dejaron, porque un día tampoco nosotros estaremos más que en el recuerdo de quienes nos quisieron.
Frente a tantas amistades que te eligen y te exigen no se sabe qué (que estés a la altura de lo que imaginaron sobre ti, supongo), Conchi tenía un modo especial de no pedir nada y ofrecer siempre algo, con ella siempre encontrabas una palabra de aliento y de ánimo. Es la forma más inmensa e inmediata de amistad, eso y el recuerdo.
Amistad, nada menos...

sábado, 8 de marzo de 2008

Libros, libros, libros...

Hace ya una semana que he terminado un libro policíaco, de P.D. James, A certain justice, leído en inglés como parte de la estrategia de aprendizaje de esta lengua. El libro trata sobre el asesinato de una abogada en la corte de Londres y tiene cierto tufillo conservador, con su argumento trata de forzar las conciencias en contra de algunas decisiones judiciales, terreno este que me parece siempre peligroso: las decisiones judiciales pueden ser erróneas, pero peor error es prescindir o actuar por encima de éstas. Por lo demás, es un buen libro, muy bien narrado y con el consabido morbo que suele imprimir su autora en algunos personajes: Garry Ashe es un personaje extraño, psicópata pero no de una pieza y aparecen más personas con temperamentos y actitudes muy reales por la contradicción que entrañan. En cuanto al inglés, te introduce en la jerga legal y llega a convertirse en una lectura fácil.
Luego he vuelto a la lengua paterna y estoy leyendo Tu rostro mañana. III. Veneno y sombra y adiós y como siempre me ocurre con Javier Marías, me voy adentrando poco a poco en su español tan rico y en su mundo personal, lleno de cosas interesantes, como la prolijidad y minuciosidad de sus descripciones de estados de ánimo, su dibujo de los personajes. J.L. dice que no le gusta Marías porque en sus novelas no pasan cosas, yo creo que está equivocado, pasan muchas cosas, pero además las acciones están repletas de reflexiones, y al principio eso se hace un poco duro, luego te encanta y te envuelve literalmente, entras en su mundo ensoñado y lo vives como si fueras Jacobo Deza.
Después pienso volver al inglés y leer La historiadora, que espero que se trate de una lectura fácil. Además, de resultas de una conversación de almuerzo, he recuperado a una vieja amiga Natalia Ginzburg y me han entrado ganas de releer Las pequeñas virtudes, contra mi costumbre.
Estoy además trabajando en un grupo que estudia la aplicación de los blogs, wikis, etc. a los clubs de lectura y encuentro mucha información oficial sobre cómo organizarlos, como siempre produciendo cierta rigidez, absolutamente incompatible con el ánimo lector. La lectura para mi la máxima expresión de la libertad y cualquier campaña para favorecerla tiene que tenerlo en cuenta, así también los clubes de lecturas sólo deben ofrecer posibilidades, pero no imponer demasiadas cosas.