
Luego he vuelto a la lengua paterna y estoy leyendo Tu rostro mañana. III. Veneno y sombra y adiós y como siempre me ocurre con Javier Marías, me voy adentrando poco a poco en su español tan rico y en su mundo personal, lleno de cosas interesantes, como la prolijidad y minuciosidad de sus descripciones de estados de ánimo, su dibujo de los personajes. J.L. dice que no le gusta Marías porque en sus novelas no pasan cosas, yo creo que está equivocado, pasan muchas cosas, pero además las acciones están repletas de reflexiones, y al principio eso se hace un poco duro, luego te encanta y te envuelve literalmente, entras en su mundo ensoñado y lo vives como si fueras Jacobo Deza.
Después pienso volver al inglés y leer La historiadora, que espero que se trate de una lectura fácil. Además, de resultas de una conversación de almuerzo, he recuperado a una vieja amiga Natalia Ginzburg y me han entrado ganas de releer Las pequeñas virtudes, contra mi costumbre.
Estoy además trabajando en un grupo que estudia la aplicación de los blogs, wikis, etc. a los clubs de lectura y encuentro mucha información oficial sobre cómo organizarlos, como siempre produciendo cierta rigidez, absolutamente incompatible con el ánimo lector. La lectura para mi la máxima expresión de la libertad y cualquier campaña para favorecerla tiene que tenerlo en cuenta, así también los clubes de lecturas sólo deben ofrecer posibilidades, pero no imponer demasiadas cosas.
Mi bibliófilo hermano opina que Marías escribe muy bien, muy bien, pero que no tiene nada que contar. Yo solo lei Mañana en la batalla.., y me dejó buena impresión, aunque no pasa nada de nada.
ResponderEliminarPasan mil cosas reales, pero están enmarañadas con mil reflexiones de cosas que no pasan, que solo son "el sueño de una sombra", como dice Mercucio, el mejor personaje de Romeo y Julieta.
ResponderEliminar¡Tu si que sabes más que los ratones coloraos, listo!¿pues no te has casado y todo?
Feliz luna de miel para ti, para A., para H. y para la otra A. (Esto parece una ménage a quatre)