viernes, 25 de abril de 2008

Largo puente de lectura

No han sido días tranquilos ni desocupados, pero aun así he sido capaz de terminar dos libros que tenía a medias y que quiero comentar aquí. El primero de ellos es El rey transparente de Rosa Montero y cuenta la historia de Léola, una campesina francesa nacida en el siglo XII y que para salvarse se disfraza de guerrero (de hombre de hierro) y vive mil aventuras en un mundo revuelto, que incluye conocer la corte de Leonor de Aquitania y la herejía de los cátaros. Rosa Montero aclara que se trata de una novela ucrónica, que lo que pretendía era mostrar en ella son cosas que no se produjeron en los 40 años de vida de Léola/Léolo, sino el ambiente inquieto de unos 100 años que para ella suponen el germen de la modernidad: nacimiento de la individualidad, de la idea de la libertad y la felicidad individual. Para la autora, el Renacimiento del siglo XIV no hace más que recoger estas ideas. Y esta novela está centrada en una mujer porque Rosa Montera opina que ese es otro de los síntomas de modernidad de la época, la importancia concedida a las mujeres, por ejemplo en las Cortes de Amor o en la religión de los cátaros a las llamadas Buenas Mujeres.
Sobre todo el libro planea la sombra de la regresión a las eras obscuras, y la esperanza del eterno retorno de lo que llama la Hermosa Juventud, que es algo así como la juventud del mundo, el deseo de amor y libertad para todos los hombres.
El otro libro es algo más duro se llama Cometas en el cielo, es de un autor afgano llamado Khaled Hosseini y ha dado lugar a una película de igual nombre.
Narra la historia de Amir y de su amigo y criado hazara Hassan y de su traición a éste, en un Afganistán invadido por los rusos. De la huida de Amir y su padre a través de Pakistán hacia California y de su vida allí en las comunidades de afganos, hasta que un amigo le pide volver para salvar al hijo de Hassan.
La novela es una novela de retorno a los orígenes, a la patria destrozada por las guerras, con los recuerdos infantiles de los torneos de cometas conviviendo con las crueldades de los talibanes y con la destrucción de un paisaje y el aniquilamiento de una sociedad que parece mucho más libre al inicio de la novela que hacia el final. Es, no hay duda, una vuelta a la obscuridad, pero también sin ninguna duda, volverá la Hermosa Juventud.

Dehesa y más

La dehesa es un campo acotado para que paste el ganado. En Collado hay una que además tiene canteras de roca, que cuando llueve se llenan de agua y hacen unas buenas lagunas o charcas. Una de las más grandes es la que yo llamo la charca de Casiopea, que usa el ganado incluso en el más tórrido verano.
Se llama la charca de Casiopea porque a la fauna habitual (ranas , conejos en las madrigueras de alrededores, patos y alguna vez garzas) se sumó hace algunos años una tortuga que alguien dejó ahí. Sobrevivió algunos años, pero el año pasado la encontré muerta en un repecho.
Siempre que me acerco a esta charca voy a sentarme en una silla de roca, cercana al agua y de frente a la Maliciosa y a la Bola del mundo. Allí sentada no es que me relaje, es que me olvido de mi yo, y me convierto en roca, agua, hierba...
Olvidarse de tu yo es lo mejor que te puede pasar: vives intensamente, pero de una forma más primordial, eres pero sin conciencia. Sientes con mayor intensidad.

Dos cuestiones de trabajo y de bibliotecas

B. dice que los empresarios o empleadores en general abusan de un tipo de persona que tiene problemas de soledad o de pareja, para hacerlos trabajar como animales. Yo creo que es al revés, los empresarios tiran de personas cuyo único rasgo característico es su sentido de la responsabilidad y que al final tienen problemas de soledad y de pareja o familiares, debido a la gran cantidad de trabajo que realizan, que les impide cultivar amistades, atender a su familia o similar.
El trabajo es en principio una actividad liberadora, tan creativa como cualquier actividad artística. Mediante él desarrollamos unas capacidades innatas, y aceptamos algunas sobrecargas necesarias para un desarrollo de nuestro yo. Sólo cuando cuando se supera un determinado umbral el trabajo se convierte en un elemento perturbador en nuestra vida.
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Hace uno días comí con unas compañeras de la biblioteca que trabajan con los libros antiguos, a las que acompañaba un colega danés que trabaja con manuscritos. Hablamos en inglés, cada uno según sus conocimientos. En un momento dado, una de mis compañeras dijo que en nuestra biblioteca se sabe mucho de tecnología y poco de manuscritos.
No estoy de acuerdo o por lo menos quiero matizarlo. No es cierto que se sepa mucho de tecnología, y ello a pesar de que los conocedores de ésta quieren difundirla y se afanan por hacerlo. Y, sobre todo, si no se sabe demasiado de manuscritos y de obras impresas antiguas en general se debe al elitismo y el escaso interés de los especialistas en dar a conocer estos materiales. Quizás se deba al dilema entre conservación y difusión, pero lo cierto es que tradicionalmente el acento no se ha puesto en su divulgación.
Llevo 30 años en una super biblioteca, solo hace unos años percibo cierto afán en difundir tales tipos de documentos. Antes creo yo que no había el menor interés. Si alguien opina lo contrario, lo podemos discutir.

lunes, 21 de abril de 2008

Mal lunes de vacaciones

Antes de ayer tuvimos una celebración de puertas abiertas de nuestra biblioteca, que todos vivimos como una oportunidad de que se nos conozca fuera de éstas; lo que somos y lo que hacemos.
Porque es muy difícil saber qué hacemos si el conocimiento ha de llegar a través de intermediarios (periodistas, políticos, etc.) y si las bibliotecas no forman parte del paisaje de la mayoría de los españoles. Es un poco descorazonador tomar conciencia de lo poco que sabe el público de nuestros afanes y nuestros trabajos.
Pero bueno, vinieron 1525 personas y esperamos que este granito de arena sea como el consabido grano de mostaza. Nosotros lo vivimos como una fiesta, pese al mal tiempo y a tener que trabajar un día más en una semana ya de por si cargada de trabajo. También a pesar de los nervios y el miedo escénico, acuciado por la presencia de periodistas y cámaras.
También fue ocasión de estar de acuerdo con los jefes, sin que sirva de precedente, que manifiestan el parecer de que el sentido del humor y las ganas de diversión no están reñidos con el trabajo bien hecho. Porque esta verdad evidente ha sido siempre a lo largo de mi vida una dificultad añadida: siempre he tenido que demostrar que además de simpática soy trabajadora y responsable.
No importa mucho, seguiré siendo como siempre he sido, intentando aprender cada día y hacer las cosas lo mejor que pueda, riéndome siempre que sea posible (¡es gratis!). Los que vean las cosas de otro modo puede que tengan razón, pero seguro que lo pasan peor.

viernes, 11 de abril de 2008

Aquí estoy otra vez

Hace mucho que no vengo por aquí. Tengo poco tiempo, si, pero sobre todo pocas ganas de hablar. Pero hoy me encontrado cantando por la dehesa ya soleada una canción muy vieja. Será porque la brumosa tarde de ayer, que llenaba el verde de misterio, se ha abierto.
La canción de Raimón es de un tiempo pasado, pero revive el sentimiento y la fuerza de aquellos días; ahora la vemos sólo como una canción de amor, pero antes leíamos entre lineas un canto a la izquierda y a la libertad: ¡con qué poquita nos conformábamos!
Está en valenciano, pero yo creo que se entiende, y me ha traido de golpe a muchos otros: Lluis Llac, Sisa y sus siete cielos y aquellas viejas canciones:

http://www.videoblogs.com/visor_youtube.php?web=youtube&id=rb99ns9XdRI&clave=RAIMON

Quan tu te'n vas al teu país d'Itàlia
i jo ben sol em quede a Maragall,
aquest carrer que mai no ens ha fet gràcias
e'm torna el lloc d'un gris inútil ball.
Ausiàs March em ve a la memòria,
el seu vell cant, de cop, se m'aclareix,
a casa, sol, immers en la cabòria
del meu desig de tu que és gran i creix:
"Plagués a déu que mon pensar fos mort
E que passàs ma vida en dorment".
Entenc molt bé, desgraciada sort,
l'última arrel d'aquest trist pensament,
el seu perquè atàvic, jove, fort
jo sent en mi, corprès, profundament.
Al llit tan gran d'italiana mida
passe les nits sentint la teua absència,
no dorm qui vol ni és d'oblit la vida,
amor, amor, és dura la sentència.
Quan tu te'n vas al teu país d'Itàlia
el dolor ve a fer-me companyia,
i no se'n va, que creix en sa llargària,
despert de nit somou, somort, de dia.
Em passa això i tantes altres coses
sentint-me sol que és sentir-te lluny;
ho veig molt clar quan fa ja cent vint hores
que compte el temps que lentament s'esmuny.
Vindrà el teu cos que suaument em poses
en el meu cos quan ens sentim ben junts,
i floriran millor que mai les roses:
a poc a poc ens clourem com un puny.

Raimon 1973

Bueno ahora si que estamos todos, ha vuelto B. y se nos une M. ¡Ya somos un montón!