sábado, 16 de febrero de 2013

Sobre la amistad

La amistad instantánea solo existe en el jardín de infancia, cuando recién estrenamos nueva palabra y vamos preguntando ¿quieres ser mi amigo/a?. Al margen de esto la amistad que te subyuga como un flechazo amoroso es rara. Las cosas se van cocinando poco a poco, más allá de esa empatía inicial. 
Se van forjando así esos sentimientos de hermandad que van brotando a lo lago de los años de enseñanza primaria y secundaría.
Pero es en la adolescencia donde esta creación que es la amistad se convierte en algo que tiene mucha más fuerza que los lazos familiares y que llega a convertirse en algo indefinible, a veces más allá del bien y del mal y que se parece enormemente a una pasión devastadora: son tiempos en que parece que es imposible vivir sin el/los amigo/os, que te parece que nada hay igual a esa comunicación que te parece perfecta y completa.
El tiempo pasa. La lucha por la vida deja de ser el título de una novela de Baroja y se convierte en el argumento casi exclusivo de tus días. Casi, porque están los amigos y sigue existiendo ese maravilloso momento en que sientes que eres capaz de explicar tus sentimientos y entender los de tu interlocutor, y a veces, y pasado un tiempo, casi sin palabras. Y si eres competitiva por naturaleza en todos los aspectos de tu vida, el mejor sentimiento es cuando sientes que has entregado las armas, que no quieres ganar, que la victoria es del otro.Eso es sentirse vivo.
El amigo quiere el bien del otro, y hay enormes ejemplos en la cultura y en la literatura, pero quizás para mi el llanto del pétreo Aquiles a la muerte de Patroclo resume el sentimiento de la amistad de forma perfecta. Así, cuando tus amigos comienzan a morir -¡cuánto echo de menos a L. - se va muriendo algo en nosotros. En mi caso, me siento como si les hubiera fallado, porque como un modo de subir la moral a mis amigos enfermos, siempre dije mis amigos no se morían: mentira podrida, por supuesto.
Pero si hay algo que no soporto es aquella gente que a lo largo de tu vida te ha ido eligiendo para declararte su amigo de forma unilateral, olvidando que en la amistad no existen este tipo de declaraciones y que tampoco hay amistad que no sea recíproca. Quien así se declara tu amigo busca casi con seguridad cualquier otra cosa, y está en cierto modo instrumentalizandote o cosificandote, que es lo más lejano de la amistad que se me ocurre. Un amigo te conoce, sabe cuales son tus cualidades y tus defectos y te acepta como eres, te quiere justo por como eres y te deja ser tú mismo siempre.
Conforme vas envejeciendo te vas encontrando más gente que te elige con esta falsa amistad. Esto te suele hacer tanto daño que llega un momento en que te encuentras dispuesto a desaparecer, a deshacerte en la nada, que no es otra cosa que un mundo sin amigos 

1 comentario:

  1. Dice M, una de mis amigas, que se puede vivir perfectamente sin sexo, pero no sin amistad.

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