domingo, 7 de agosto de 2011

Un rato entre dos nadas

Aquí sigue el viento, sopla que te sopla hasta horadar la roca... Por lo pronto está deshaciendo el verano, los días largos sin chispa de aire son este mes de agosto sólo un recuerdo de otros años. Y las noticias no mejoran: parece que las famosas contradicciones del capitalismo están en este momento poniéndose de relieve y seguimos sin encontrar soluciones, nuevas maneras de inventarnos. Como hay que seguir en este rato corto que es cualquier vida humana, no conozco otro modo que leer: para escapar, para resistir, para sonreír.
Desde mi última entrada he leído más novela negra, una de Padura, la que me faltaba de Mari Jungstedt, Nadie lo ha visto, que creo que es la primera; una de autor alemán que se hace "el turco", Jakob Arjouni, Happy birthday, turco, y por último, una de esas novelas que te llaman desde el mostrador de las librerías, La cena, del holandés Hermann Koch.
La de Leonardo Padura sigue en su línea de recreación de mundos llenos de hermosura y sensualidad y de historias policíacas sin conseguir del todo. En este caso Viento de cuaresma, Padura parece preferir denunciar la degeneración de la generación última de cubanos y la nostalgia de un tiempo más auténtico a la creación de verdaderos personajes y tramas. Como siempre, lo mejor es el universo cerrado de la casa de El Flaco y de su madre Josefina y la descripción de comidas y de mujeres.
Mari Jungstedt entretiene, aunque sus historias se sostienen mal. En esta primera entrega de su trilogía un asesino en serie actúa 25 años después contra una supuesta banda de gamberras maltratadoras de su curso: ¡¡!!. Aún así, la historia se lee bien, lo cual dice mucho de nuestras ganas de huir de la realidad.
Arjouni es diferente, la historia es bastante buena y el personaje tiene un desparpajo que lo hace enfrentarse a las situaciones con mucha soltura, aunque muchas veces paga su temperamento lenguaraz con palizas importantes. De todas formas, creo que quiero leer algún título más del detective Kazankaya, su protagonista.
La última novela leída ha sido la de Koch y como definición habría que decir que es un mazazo a los bienpensantes y liberales de salón. Supuestamente es la historia de una velada en un restaurante de diseño del protagonista y su mujer con su hermano, un candidato a primer ministro, y la mujer de éste. Pero es mucho más, casi un estudio de la violencia y de la clase media y de la enfermedad mental... Pero mejor leedlo y ya me diréis que os parece.
Y bien, mientras pase mi rato, entre la nada que me precedió y la que me seguirá (al menos desde el punto de vista de mi yo subjetivo), voy leyendo historias y me evado de un mundo que no me gusta mucho.

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