sábado, 17 de noviembre de 2007

El cielo tan cercano

Yo he nacido cerca del mar, y el mar siempre me ha producido una especie de excitación muy contraria a la vena contemplativa que suele despertar en la mayoría de la gente. Para mi siempre ha sido una llamada a la libertad y al viaje, a pesar del impedimento físico que supone, y siempre me ha provocado una enorme ansía de actividad: nadar, bucear, correr o andar por la orilla, navegar...
He llegado más tarde a las montañas, ha sido ya mayor, en Madrid y cuando estudiaba INEF, cuando he empezado a caminar por el monte y a aprender sus colores, sus olores y sus misterios. Ahora vivo en la montaña (como el abuelo de Heidi) y he aprendido a ver el cielo cercano, casi al alcance de la mano, dibujando las montañas de un modo tan cierto y transparente que te inunda de calma.


La gente que gusta de la montaña es una gente especial, como mi amiga Montse. Desarrollan una sensibilidad especial ante la naturaleza y la vida, de tal modo que sufren si pisamos innecesariamente una planta viva o si agrandamos de más un estrecho camino, acercando demasiado la civilización a un paraje secreto.


Ahora para mi la montaña es el cielo cercano, los olores y los ruidos de una vida diferente, donde vale más comprender y escuchar a la naturaleza que enfrentarse a ella agresivamente. Y es la paz del olor de la jara y el pino y de la chimenea del refugio, donde el frío se detiene a la puerta.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Estar cansado tiene plumas

Estoy cansada. Si, sé que no soy muy original, que medio mundo se arrastra a lo largo de la semana hacia el descanso del sábado y el domingo. Pero lo malo del cansancio es que destapa nuestros demonios y a mi no me gustan mis demonios. Supongo que a nadie.

Y tengo motivos para estar contenta, a mi jefe la han ascendido (creo que realmente lo merece y que va a ser una suerte para todos) y eso supone un apoyo a la tarea que tenemos entre manos, que no es fácil. Somos un grupo de gente que trabajamos bien juntos y estamos haciendo algo importante no solo para nosotros, sino creo que para el bien común.

Pero me cansan los dimes y diretes, la falta de respecto a lo que sabe el otro y la negativa a reconocer lo que no se sabe y la utilización del saber y no saber como forma de opresión. Y entonces me vuelvo brujitecaria o witchlibrarian y eso no me gusta nada y además no me conviene nada, porque ya que no soy rica, ni guapa, ni lista, pero sí simpática, si dejo también de serlo no va a haber quien me soporte...



Pues hala, a descansar: acabo de poner a la Bartoli cantando a María Malibrán, pondré la chimenea, compraré algo rico para comer e intentaré recordar lo que decían que iba a ser la sociedad del ocio. Lo que más relaja es oír música, leer o ver algo hermoso o soñar con viajes.

Que nos queda mucho trabajo por delante, queridos compis, y no podemos perder el tiempo diciendo lo cansados que estamos.

Flujo de información

En las instituciones grandes y con historia se observa un fenómeno muy interesante: la información no circula, se detiene en el nodo de primera recepción y no pasa de ahí. Esto no es eficiente, claro está, y no es necesario recurrir al símil de la circulación de la sangre para llegar a comprender hasta qué punto esto puede llegar a producir la muerte del ente.
Además, esta situación es difícil de modificar, pues aunque desde alguna instancia (ya sean la cumbre jerárquica o un grupo transversal) se pretenda difundir los datos y el conocimiento, hace falta una vigilancia permanente para evitar que éstos vuelvan a estancarse.
Además, la renuencia a difundir la información encuentra una supuesta justificación bienintencionada en la protección ante la sobrecarga, y un rechazo por parte de los receptores a asumir la responsabilidad de conocer.
Hoy día, el problema con la información no suele ser de carencia, sino de superabundancia, y esto ha provocado un tipo de vaguería intelectual, que en última instancia supone una dejación de nuestro esencia, que es la de seres conscientes y con deseos de conocer. Por otra parte, esta dejación propicia la falta de igualdad de oportunidades, pues el conocimiento es poder.
Volviendo a las instituciones, es un suicidio que la información no circule siempre que hay que cumplir cualquier tarea. Curiosamente además, en estas instituciones se produce una hemorragia de informaciones triviales e inciertas, para las que se abren canales subterráneos.
Si la institución tiene una tarea importante que cumplir, este colapso informativo lo impide, y es por tanto irresponsable y negligente no difundir la información adecuada y difundir la inadecuada.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Iliada, Canto VI, 146-149

Como la generación de las hojas así es la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y el bosque, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera. De igual suerte, una generación humana nace y otra desaparece

Even as are the generations of leaves, such are those also of men. As for the leaves, the wind scattereth some upon the earth, but the forest, as it bourgeons, putteth forth others when the season of spring is come; even so of men one generation springeth up and another passeth away.


οιη περ φύλλων γενεη τοίη δε και ανδρων.
φύλλα τα μέν τ' ανεμος χαμάδις χέει, αλλα δέ θ' υλη
τηλεθόωσα φύει, εαρος δ' επιγίγνεται ωρη:
ως ανδρων γενεη η μεν φύει η δ' απολήγει.


La génération des hommes est semblable à celle des feuilles. Le vent répand les feuilles sur la terre, et la forêt germe et en produit de nouvelles, et le temps du printemps arrive. C'est ainsi que la génération des hommes naît et s'éteint. (Traducción de Leconte Lisle)

....La progenie dei mortali rassomiglia al germinare delle foglie: il vento d'autunno le disperde già secchee a primavera il bosco fiorente poi le ravviva: così nascono, così spariscono gli uomini.

sábado, 3 de noviembre de 2007

La rutina

J.L. dice que aunque no le gusta nada la rutina, dado como se han ido desarrollando los acontecimientos últimamente, casi añora que algo de lo que le toque hacer sea rutinario, o por lo menos, lo sepa hacer. Una vez más tiene razón: estamos inmersos en una situación que exige que estemos aprendiendo continuamente, y a veces sientes el vértigo de intentar solucionar siempre nuevos problemas, para los que no tienes un protocolo previo. Pero a pesar del miedo y los nervios lógicos, a mi esta situación me resulta muy estimulante, y la veo, como dice B., como una oportunidad, que lo único que siento es que no haya llegado antes.

Es una oportunidad única, porque no hay tantas bibliotecas con tantos millones de libros u otros materiales, ni de tanto valor, ni tan representativos. También lo es por el estado de la tecnología de los SIGB, suficientemente madura pero en absoluto con sus posibilidades agotadas: hoy día se abre un panorama de evolución casi infinito, en relación con los servicios a través de Internet y aprovechando la web 2.0.

Además, cualquier proceso de automatización hace repensar las tareas y las funciones de las instituciones y habitualmente consigue mejorar la manera en que desarrollan las funciones para las que han sido creadas.

Hace ya 29 años que comencé a trabajar aquí. En tantos años, ha habido mucho de todo: rutina, entusiasmo, desencanto; muchos trabajos como los de Penélope, de tejer y destejer. Pero si miro hacia atrás no puedo dejar de ser optimista, a pesar de que el pesimismo inteligente no oculte su cara amarga. Si alguna vez dije que desgraciadamente mi sueño de trabajar aquí se había cumplido, ahora digo que todavía este sueño es posible, solo hay que trabajarlo.